El cuento "Las Ruinas Circulares", de Jorge Luis Borges, trata el tema de los sueños; mejor dicho de un sujeto con un propósito sobrenatural, alguien que "Quería soñar yn hombre: quería soñarlo con integridad minuciosa e imponerlo a la realidad". La temática comienza a vislumbrarse con el epígrafe de Lewis Carroll: "And if he lets off dreaming about you" o sea, Y si él deja de soñar contigo", epígrafe que es ya de por sí premonitorio.
La acción principal es soñar; ese largo sueño puede ser dividido en varias etapas. Escribe Borges: "Al principio, los sueños erán caóticos; poco después, fueron de naturaleza diálectica". Eso ya marca dos etapas en el hecho del sueño mismo. De la primera nada se dice; de la segunda se afirma que "El forastero se soñaba dentro de un anfiteatro circular, que era de algún modo el templo incendiado: nubes de alumnos taciturnos fatigaban las gradas", y luego afirma que "El hombre les dictaba lecciones de anatomía, de cosmografía, de mágia". Tenemos allí una acción dentro de la acción, una acción que es soñar pero que es más que eso.
"A las nueve o diez noches- ha escrito Borgers- comprendió con alguna amargura que nada podía esperar de aquellos alumnos que aceptaban con pacibidad su doctrina, y si de aquellos que arriezgaban, a veces, una contradicción razonable". En ese caso, las acciones aceptar y contradecir también son, por así decirlo, acciones menores dentro del sueño. Luego Borges escribe: "Licenció para siempre el vasto colegio ilusorió y se quedó con un solo alumno". Dentro del sueño mismo está la acción de licenciar el colegio y la de quedarse con un solo alumno; con ellas termina la segunda parte de los sueños.
La tercera comienza con la descripción de dicho alumno, como, entre otras cosas, "un muchacho de razgos afilados que repetían los de su soñador"; a partir de ese momento, comenzamos a darnos cuenta el parecido que tienen, parecido que se explica más adelante. Esta estapa termina cuando "emergió del sueño como un desierto viscoso"; el comienzo de la cuarta se encuentra en las palabras "Casi inmediatamente, soñó con un corazón que latía"; con ella comienza la creación del sueño que ha de ser impuesto a la realidad, lo que sería otra acción menor dentro del largo sueño. En ese proceso de creación, el soñador corriege con la mirada cada defecto que posee su obra y cada imperfección; a veces, toca lo que está creando.
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